¿Haciendo balance de 2016? Seguramente muchos de vosotros sí. Hora de hacer cálculo de daños, evaluación de momentos y mirar atrás (pero sólo para coger impulso). Esta semana echamos la vista atrás literalmente y hacemos repaso de las espaldas más espectaculares que la moda flamenca de 2016 nos dejó.
Redondos, cuadrados, en “V“… ¿Y tú cómo lo prefieres? Enseñar espalda es sexy, ya lo sabemos, pero a la hora de lucir un buen escote por nuestra “cara B” debemos tener en cuenta varias pautas, porque en un escote delantero la línea entre sensualidad y vulgaridad es fina y peligrosa, cuando nos referimos a la espalda es mucho más fácil atraer miradas sin tener que sortear el peligro de pasarnos de la raya.
- El escote trasero en ‘V’ va genial a todo tipo de cuerpos, alarga la espalda y nos estiliza, (pero cuidado porque cuanto más profundo sea el escote, más protagonista será nuestro trasero).
- ¡Ojo! La espalda de un traje de flamenca puede ser muy chivata respecto a la confección de éste. Los laterales del escote siempre deben quedar ajustados al contorno de la espalda, si no, parecerá que te queda grande o hueco y esto no es nada favorecedor.
- Vigila también dar mucho de ti por la parte delantera, escoge qué quieres lucir, si delantera o espalda, las dos nunca!
Y es que las espaldas a veces pueden ser muy traicioneras y la primera regla a seguir si quieres lucirla de forma espectacular es hidratar y exfoliar tu piel, tanto en invierno como en verano.
En moda flamenca los diseñadores lo tienen claro, cuando se trata de crear espaldas bonitas hay que ir a por todas: Juan Boleco las abrió de forma geométrica, Luisa Pérez las adornó de volantes, Lola Azahares, Raquel Terán las cortaron redondas. Cristina García les dio un toque sensual y atrevido, creando falsas ilusiones con tul transparente o adornándolas con flecos largos. La novel Irene Morillo apostó fuerte por ellas en el certamen de noveles de We Love Flamenco 2016, El Abanico Artesanía las adornó de forma barroca, María José Collantes fue fiel a su estilo apostando de nuevo por su longitud y Florencio Pérez llegó al límite de la cadera.
Aunque sobre la pasarela los escotes se ven muy bonitos, en la realidad, en la calle y el paseo por el Real, no sé… es demasiado atrevido. Y si bailas, algo difícil… Prefiero un escote (redondo, en pico, barco…) más comedido que no te impida moverte con libertad y bailar sin parar y sin dar “la nota”