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En las noches de luna y clavel, un recuerdo viene y va.

Hermosa era la tarde, cuando entre los olivos, nadie vio como yo a ti te quise, como te quiero. Hoy los olivos duermen y yo no duermo. De pronto quiero emborrachar a mi corazón para apagar un loco amor que más que amor es un sufrir. Y ha sido por tu culpa, desde que vimos desde el cuarto despuntar el día, sonar el alba en la torre la Vela. Tú dejaste mi cuerpo cuando amanecía y en mi boca un gusto de menta y canela.

Ahora me envuelven las nostalgias. Nostalgias de escuchar tu risa loca y sentir junto a mi boca como un fuego tu respiración. ¿Qué será de mí ahora? No me dejes solo con esta agonía. No claves puñales en mi garlochí…

Me asaltan las dudas, de pronto tengo miedo, me he vuelto loca y no hago otra cosa más que pensar en ti. ¿Seré como ella? Morena de verde trigo y color de almendra sus ojos. La niña del Albaicín que vivía en un carmen moro encerrada entre cancelas con llaves y cerrojos. Cuando llegaba la noche llegaba también su novio, y junto a la celosía, cantaba siempre celoso: “Tengo miedo, mucho miedo. Me da miedo de la luna. Échate un velo a la cara,

Cubre tu piel de aceituna, y apaga tus verdes ojos porque son “toa” mi fortuna.
Pena de mí, en el firmamento de los ojos tuyos, me perdí una noche tras de tu querer. Y junto a tu boca se rindió mi orgullo bajo las estrellas del amanecer.
Ando medio loca “Embrujá” por tu querer. Y es que tengo en carne viva por tu culpa el corazón. ¡Dime que me quieres, dímelo por Dios! Aunque no lo sientas y sea mentira, pero dímelo. Dímelo bajito, se te hará más fácil decírmelo así, y el “te quiero” tuyo será “pa” mis penas lo mismo que lluvia de mayo y abril. Ten misericordia de mi corazón. ¡Dime que me quieres, dímelo por Dios!

Has llegado tarde, mientras entre mis labios triste y macilenta una rosa sin tallo se quemaba. Yo soñaba la cárcel de unos brazos pero me despertaba de mis sueños con el alma sin voz hecha pedazos. Y de pronto, en el último minuto, te vi llegar feliz un mediodía y el otoño sin rosa de mi espera se convirtió en florida primavera.

¿Qué me diste? Todo cambió para mí. Por que hasta el alma se me iluminó con luces de aurora al anochecer. Hasta el pulso se me desbocó y toda mi sangre se puso de pie. Me miraste y mi noche oscura de pena ardió de lucero, me embrujaste y un río de copla cantó por mis venas tu amor verdadero. ¿Y si estaré mi vida soñando y tendré que despertar? Lo que a mí me está pasando no es mentira ni verdad.




TRAJES DE FLAMENCA: RAQUEL TERÁN 
FOTOGRAFÍA: MIGUEL VALVERDE (c)

ABANICOS: DIZA SEVILLA. MANTILLAS: ARTESANÍA TEXTIL (García de Vinuesa 39) 

MAQUILLAJE: DIEGO JIMÉNEZ / PELUQUERÍA: JESÚS ÁGUILA  C/ Alvarez Quintero, 7 
(TALLER PELUQUEROS) 687987149 – 678743553 MODELOS: AURORA MUÑOZ, SOLEDAD BAYÓN Y CLARA CAMPÓN. 

AGRADECIMIENTOS: MANUEL LOMBO Y MANUEL ESCRIBANO. FINCA: LA CAPITANA

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