Simof 2016 – Concurso de jóvenes diseñadores:
Con el verano llegan tiempos de descanso y reflexión. Seguro que muchos jóvenes andaluces ensucian sus borradores con propuestas para las convocatorias de la nueva temporada.
En “mamá de mayor quiero ser flamenca” teníamos pendiente el repaso al Concurso de Jóvenes Noveles de Simof 2016. Hoy analizamos algunas de las propuestas que se pudieron ver en el Salón Internacional de Moda Flamenca.
- María Amador presentó “Gitanas Hippies“. Un homenaje a un pueblo nómada que hoy habita en Europa manteniendo una identidad cultural bien definida a lo largo de los siglos. La colección estuvo marcada por una mezcla de estilos, fusión de espíritus y creencias culturales e ideológicas. “Trajes impregnados de alegría y dinamismo, a camino entre el look hippie, naif y barroco. De ahí que los tejidos cobren protagonismo, recurriendo a texturas como sedas y telas tipo patchwork, donde se combinan lunares con flores, rayas y figuras geométricas. Como complementos, multitud de collares, pendientes de argollas y monedas, y pañuelos en la cabeza” Así la definía la joven sevillana.
- Luis Fernández se alzó ganador del certamen con su propuesta “Habemus flamenca“. Inspirándose en la sociedad romana, Luis se inspira en los tintes de la época para las tonalidades de su colección. Los rosas y cremas fueron dominantes junto a los rojos. El diseñador escogió bien los tejidos: Lanas, algodones, linos y sedas creaban grandes volúmenes sin límites. El sevillano cuidó todos los detalles de su propuesta, haciendo especial hincapié en los complementos inspirados en aquellas piezas opulentas realizadas en oro y plata con adornos de piedras preciosas y semipreciosas, perlas, marfil o hueso. Ostentosa y acertada, el diseñador se alzó triunfador del certamen.
- Ángeles Gálvez nos trasladó a 1953 acompañados del espíritu de los 50’s en busca de la elegancia. “Un buceo por las crónicas de los años 50 y las biografías de las mujeres que los protagonizaron“. Arriesgó a la hora de elegir gama cromática, empleando tan sólo tres colores. Blanco, negro y rojo jugaron en diez propuestas que buscaban siempre la silueta de la mujer, definiendo cinturas y caderas. (Las faldas largas fueron lo mejor). Ataviadas con elegantes tocados, la flamenca adquiere otro significado. La sevillana partía de una idea que me hubiera gustado ver más desarrollada, pues contaba con la base y una impecable puesta en escena.
- Cristina Granero y su “Herbario de sueños” pusieron el color sobre la pasarela. Desde Jaén, esta profesora Superior de Música expuso la propuesta más artística de todas, inspirándose en unos poemas inéditos de Federico García Lorca. La diseñadora adopta los versos del poeta como concepto creativo, plasmando en sus vestidos la belleza de la naturaleza, por ello cada traje de flamenca se apropia del nombre de la flor o planta que representa. Las propuestas en sí fueron bastante “tradicionales” los cuerpos en raso no dibujaban grandes novedades y las mangas de plumeti tampoco. Sin embargo, Cristina dejó fluir la creatividad en las faldas, donde gasas, satén, organza y tul se convertían en jardines improvisados. Las flores, arma de doble filo.
- Alejandro Santizo presentó “Mi amanecer se llama Aurora” una colección inspirada en las tonalidades del amanecer. Desde el negro de la noche hasta colores más cálidas como los naranjas o rojos. En contrapunto con la otra fuente de inspiración del joven creador: La Semana Santa, que se intuye a través de bordados y tejidos de terciopelo y damasco. La flamenca se vuelve sexy y atrevida, sencilla, pero con obsesión por las faldas con volumen. El diseñador sevillano se marchó de fibes con la mención especial del jurado bajo el brazo, supo expresar mucho con pocos ingredientes.