Tras su colección del año pasado, “Volver” nos dejó división de opiniones, ilusiones en el aire y por qué no decirlo, algo de desencanto. Aquello pudo ser por culpa de las expectativas puestas en volver a ver una de sus colecciones sobre la pasarela. En esta edición fue el encargado de cerrar la jornada del sábado, y nos tenía reservadas algunas sorpresas, entre otras, que Árcangel cantara durante la segunda parte del desfile.
“Lo que me sale del moño” o su manera de comunicarnos que iba a hacer una colección divertida, vibrante y llena de fuerza… Como el Sergio Vidal de hace una década. Y es que este año sacó lo mejor de él, y por fin nos regaló un trocito de su talento. Los dos piezas con faldas cortas protagonizaron el desfile, el estampado de lunares adquiría un carácter ameno y espontáneo, para la mañana en rojos, naranjas y verdes, mientras que el blanco y negro se adueñaba de la noche.
La segunda parte del desfile se tornó “más flamenca”, llegaron los blancos con tejidos estampados, y las flores en su versión maxi. El diseñador presentó varios looks de noche con pantalones elefante, y volantes en el escote, pero durante toda la colección mostró una debilidad especial por las blusas, aires de Huelva, algo más frescos y etéreos.
A destacar: El tejido que cerró el desfile fue protagonista absoluto de la jornada: Romántico y muy oportuno, combinado con enaguas en la misma gama cromática. Las faldas marcaron el punto de partida, con nesgas abiertas y volantes que no escatimaban en el vuelo. De este modo, el diseñador nos regaló su versión más tradicional del traje de flamenca.