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He de confesaros que las películas del Oeste nunca me gustaron, pero la que se montó en el Salón Real del Hotel Alfonso XIII tenía su punto flamenco, y merecía toda mi atención.

Experta en hallar la temática perfecta para transportarnos a otro continente, Rocío Peralta volvió a meterse al público en el bolsillo con dos pasos muy sencillos: Una buena estética y una apuesta por la flamenca más clásica.  La diseñadora lo borda cuando se trata de buscar el tema de una nueva colección, ya nos llevó de viaje a México, Brasil y este año ha tocado visitar el lejano oeste.

La diseñadora confesó a los medios “El Oeste es solo una inspiración, no quiero que se vaya a la feria con un penacho de plumas o un sombrero de cowboy, es solo un toque divertido, solo es estilismo, lo que importa es el vestido“. ¿Pero, ha podido esta vez el estilismo con la moda flamenca?

Las modelos se desprendieron de los tacones y se calzaron las botas del “Far West“, el cabello se decoró con grandes plumas, y no faltaron las indias con sus grandes cabelleras de plumas, o las chaquetas de antelina con flecos. La estética se cuidó al 100 %, incluido un toque de maquillaje bastante favorecedor. Rocío volvió a ser fiel al estampado de lunares, el cual se re-interpreta esta temporada en rojo, negro y blanco, creando una línea básica que protagonizó la primera parte del desfile. Las flores volvieron a tener un papel secundario, mientras que la colección la cerraron los matices rojos y naranjas.


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